Hilo de Tanza es, ante todo, un modo de ser, de sentir y de vivir. Aquí tienen cabida la pesca de altura y la de bajura: los deseos, las opiniones, las críticas y los sueños de quienes no hallamos un mejor modo de darlos a conocer. Quizá encuentres tu lugar en este océano de voces.

sábado, 25 de noviembre de 2017

BLACK SATURDAY



Daban las seis menos veinte de la tarde del veinticinco de noviembre cuando el teléfono vibró levemente avisándome de que tenía un mensaje. En ese justo instante (y no es una metáfora) limpiaba el inodoro. No me las daré de fina: había un montón de suciedad acumulada y esperaba invitados por la noche. No quedaba otro remedio.
Tal vez fuese una señal del destino...después de todo, encontrarse escobilla en mano a la mismísima hora a la que, hace una eternidad, mi santa madre me parió, debía significar algo. Sí, estoy completamente segura. Afirmaría que es el regalo que la vida me ha destinado: mierda. Mierda que limpiar, mierda que esconder, mierda que tragar vestida de manjares, mierda estampada contra las paredes de lo que alguna vez quiso ser distinto. Mierda en los hospitales, mierda de enfermedades y de malditas lágrimas. Mierda de una vida que no hace más que recompensarte con más mierda.
A los poquitos que me conocéis de algo, os sonará a cabreo monumental y pensaréis que tal vez me pone de mal humor cumplir años...y ojalá fuese así. Preferiría estar muy enfadada, pero solamente estoy haciendo balance. Aunque hoy no llueve, como sería de esperar, me siento triste y lejos, muy lejos de mis sueños. Hubiera sido mejor no ser una soñadora empedernida y venirme arriba con cuatro tonterías, pero es que no sé sentir de otro modo...
Y dado que estamos en el Black Saturday, a sabiendas de que mi maravilloso regalo ya está siendo enviado y no caben devoluciones, al amparo de mis conocimientos científicos en zapatillas, me atrevo afirmar que lo mejor para el caso es la lejía. Donde el cloro manda, no hay bacteria que rechiste ni mierda que se resista.
Ahora bien, si el destino, el universo o lo que sea, tiene otros planes, que hable ahora o que calle para siempre. Llevo demasiado tiempo esperando una señal que no proceda del inodoro.

viernes, 4 de agosto de 2017

PERSEIDAS


Un eco... acaso era un eco o lo fue algún día... cuando, en lugar de soñar, recorría antiguos espacios, imposibles caminos, sintiendo bajo los pies el ardor del asfalto... cuando el miedo ocupaba ese lugar que impide y que destruye...
Desconozco si, locuaz como un pájaro o vaga y confusa, abandoné el nido.
Hoy, muchos kilómetros de por medio, años, cambios climáticos y averías, irrumpes de madrugada en mi subconsciente y tengo la certeza - disonancias del alma - de que aun temo no haberte abandonado por completo, como a un desván  que oculta mis trastos. Temo buscarte en el daño, la hojarasca, y el sonido estival y agonizante de todas las llamadas intempestivas.

    ( También para Ti... y para mis miedos...Perseidas, 2008)


LUGHNASADH


...Difícil resultó el tiempo aquel en el que anduve despacio, tanteando las horas. No recuerdo otra cosa que largos paseos,  caminos estrechos y manos temblando al borde del día... las despedidas o los densos inviernos.
Sin embargo, no sabría decir si fueron las palabras o el silencio cómplice, denso y verde, que acrecentaba el encanto del río. Tampoco puedo culpar a la lluvia, ni a la luz de los cirios reflejada en tus ojos inquietos. Despertaba al mundo nuevamente. Todo ello era testigo.

    (  Por y para TI.    Lughnasadh 2007)

jueves, 20 de abril de 2017

EOLO

       Resultado de imagen de VIENTO SOBRE ROMA




          Soplaba un viento cálido y seco que hacía remolinos de arena bailando frenéticamente sobre el pavimento y las escalinatas de San Giovanni in Laterano.
La tormenta estaba cerca. Se presentía su presencia en el cielo malva sobre el Quirinale y el intenso aroma de la naturaleza. Mi vida daba un vuelco. Mi alma se enamoraba de Roma.

         El viento soplaba, salobre y salvaje, sobre La Lanzada. Se abrían claros entre las nubes tormentosas y los rayos de sol aprovechaban la ocasión para pintar de ocre el paisaje. El horizonte, húmedo y gris, se enamoraba de Turner. Mi vida daba un vuelco.

         Me dejé arrastrar por un instinto extraño, antiguo como el mundo. Respiré hondo, mientras el viento de la tarde me llevaba de la mano por las calles. Hacía calor y comenzaba a caer una lluvia gruesa y desganada sobre la llana lentitud de la ciudad. Sonreí desde la raíz, con los ojos abiertos y relampagueantes, estirándome hacia la luz como un árbol sediento. Nació en mis venas una savia distinta. Tú debes haberlo sentido. Es posible que mi vida dé un vuelco.

miércoles, 1 de marzo de 2017

EL DÍA DE LA MARMOTA



Me he despertado nuevamente y es uno de marzo, Miércoles de Ceniza, para más señas. Otra vez estoy revuelta y dolorida, con tanta angustia por centímetro cuadrado que me cuesta respirar. Busco excusas con las que adormecer mi pensamiento para volar libre y despreocupada bajo cualquier sol complaciente. Me basta con girar la cabeza, un solo instante, para darme cuenta de que la vida ha hecho conmigo un extraño amasijo de sombras oxidadas y palabras malditas. Cada vez que intento huir, regreso inexorablemente al mismo punto, al mismo día, a la misma hora.
Creo que a estas alturas ya no creo en exorcismos. Ojalá bastase un consejo, una caricia en mi espalda, el aroma de té verde, la intensidad del renacer primaveral o el rugir de la tormenta, para sacudirme de encima la sensación de que todo puede empeorar. Pero han pasado demasiados años y el cristal de mis ojos se ha vuelto turbio y desmedido. Declinan los sueños, resbalando sobre un patio húmedo, desplomados sobre la hierba, arrastrados por las corrientes en La Lanzada.
Alguien susurra que mañana será otro día, complaciéndose en la certidumbre de que nada continuará inamovible. Puede ser, no lo niego.Tal vez tarde unos años en regresar a este punto exacto, con exacta sensación de desasosiego, con exacta añoranza y exacta ira, con exacta desesperanza y exacto apego a todo lo imposible.


Esta mañana, entre las páginas de un libro muy antiguo, me encontré un billete de autobús casi ilegible. La lluvia lo había desteñido, pero en el lateral se leía claramente : 01 del 03. En su reverso, hace un millón de años, garabateé estas palabras: ” Asco de día. Espero que los siguientes sean mejores”…

jueves, 5 de enero de 2017

PRÁCTICAMENTE MAGIA






Muy pocos lo saben, pero hace un tiempo fui niña.
La infancia carece, a mi parecer, de esa especie de halo místico que se le presupone. Más bien está llena de aprendizajes difíciles, de retos, de incertidumbre.
A todo esto, contaba con unos siete u ocho años cuando ocurrió aquello. Era una tarde cálida de primavera, con el aire en calma y el jardín delantero inundado de olor a hierba. Las anteriores Navidades me había hecho consciente de la verdadera identidad de los Reyes Magos, y, ciertamente, no me hacía ni una pizca de gracia. Similar a quitar la sal a las comidas y pretender que todo siguiese su curso como si tal cosa. Imposible.
Rebelde y apesarada, imaginé, por un momento, que Ellos, los de verdad, los que no nos regalan ni juguetes ni dulces, desde algún recóndito lugar podrían oírme, o verme, o contestarme...¿ por qué no? Entonces susurré sus nombres y les reté. Pedí una prueba de SU existencia.
            Quizá no me creáis, pero os aseguro que lo que sigue es estrictamente cierto. En la apacible tarde de mayo, comenzó a soplar una repentina brisa del este, que, en segundos, se convirtió en un verdadero vendaval colmado de perfumes intensos. Las ráfagas agitaron la enorme mata de hiedras que cubría la balaustrada de acceso a la casa, y, como por arte de magia, un pequeño objeto cayó de entre la espesura rodando hasta mis pies. Era la vieja muñeca que había extraviado.
             Después, todo cesó. Volvieron los trinos de los pájaros y la serenidad. Examiné, incrédula, el juguete que tan inútilmente había buscado y sonreí.
            Hoy, muchos años después, vuelvo a hacer una llamada. Tal vez nadie conteste, porque dicen que los milagros suceden solamente en una ocasión. Pero no me rindo. De algún modo sé que nuestros deseos son escuchados, y, es posible que hasta cumplidos. Sé que no siempre obtenemos lo que anhelamos pero podemos ser obsequiados con aquello que verdaderamente necesitamos. Sé que, en la distancia, alguien observa y recuerda lo que verdaderamente somos, con independencia de lo que la vida haya hecho con nosotros.
            Daos prisa. Mantened limpios vuestros zapatos y vuestras intenciones. No maltratéis a vuestro corazón. No perdáis la fe en la sorpresa. Buscad en vuestra memoria todo lo bueno, lo inocente, lo hermoso que os ha sido concedido. Agradeced los regalos y, tal vez al despertar, la luz de la mañana haya alejado las sombras dando paso a una ilusión distinta, palpitante, inesperada. Quizá recuperéis algún sueño perdido.  La magia existe.