Hilo de Tanza es, ante todo, un modo de ser, de sentir y de vivir. Aquí tienen cabida la pesca de altura y la de bajura: los deseos, las opiniones, las críticas y los sueños de quienes no hallamos un mejor modo de darlos a conocer. Quizá encuentres tu lugar en este océano de voces.

jueves, 5 de enero de 2017

PRÁCTICAMENTE MAGIA






Muy pocos lo saben, pero hace un tiempo fui niña.
La infancia carece, a mi parecer, de esa especie de halo místico que se le presupone. Más bien está llena de aprendizajes difíciles, de retos, de incertidumbre.
A todo esto, contaba con unos siete u ocho años cuando ocurrió aquello. Era una tarde cálida de primavera, con el aire en calma y el jardín delantero inundado de olor a hierba. Las anteriores Navidades me había hecho consciente de la verdadera identidad de los Reyes Magos, y, ciertamente, no me hacía ni una pizca de gracia. Similar a quitar la sal a las comidas y pretender que todo siguiese su curso como si tal cosa. Imposible.
Rebelde y apesarada, imaginé, por un momento, que Ellos, los de verdad, los que no nos regalan ni juguetes ni dulces, desde algún recóndito lugar podrían oírme, o verme, o contestarme...¿ por qué no? Entonces susurré sus nombres y les reté. Pedí una prueba de SU existencia.
            Quizá no me creáis, pero os aseguro que lo que sigue es estrictamente cierto. En la apacible tarde de mayo, comenzó a soplar una repentina brisa del este, que, en segundos, se convirtió en un verdadero vendaval colmado de perfumes intensos. Las ráfagas agitaron la enorme mata de hiedras que cubría la balaustrada de acceso a la casa, y, como por arte de magia, un pequeño objeto cayó de entre la espesura rodando hasta mis pies. Era la vieja muñeca que había extraviado.
             Después, todo cesó. Volvieron los trinos de los pájaros y la serenidad. Examiné, incrédula, el juguete que tan inútilmente había buscado y sonreí.
            Hoy, muchos años después, vuelvo a hacer una llamada. Tal vez nadie conteste, porque dicen que los milagros suceden solamente en una ocasión. Pero no me rindo. De algún modo sé que nuestros deseos son escuchados, y, es posible que hasta cumplidos. Sé que no siempre obtenemos lo que anhelamos pero podemos ser obsequiados con aquello que verdaderamente necesitamos. Sé que, en la distancia, alguien observa y recuerda lo que verdaderamente somos, con independencia de lo que la vida haya hecho con nosotros.
            Daos prisa. Mantened limpios vuestros zapatos y vuestras intenciones. No maltratéis a vuestro corazón. No perdáis la fe en la sorpresa. Buscad en vuestra memoria todo lo bueno, lo inocente, lo hermoso que os ha sido concedido. Agradeced los regalos y, tal vez al despertar, la luz de la mañana haya alejado las sombras dando paso a una ilusión distinta, palpitante, inesperada. Quizá recuperéis algún sueño perdido.  La magia existe.